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sábado, 28 de agosto de 2021

Ya tienen su Recompensa - Anthony Hernandez


 
Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa” (Mateo 6: 2)
 
Introducción
Como seres humanos, y sobre todo en la cultura latinoamericana, uno de las necesidades en las vidas de nuestra gente es la aceptación, la falta de valoración y la falta de honra, eso ha marcado a generaciones con una baja autoestima creyendo que no son buenos, que no convencen, aunque den lo mejor de sí, que no son suficientes, que deben de mostrarle a todos quienes son, eso hace que muchas veces trabajemos para el ojo humano, buscando su aprobación, su reconocimiento y su aceptación, eso hace que esa sea nuestra recompensa y que no sea el favor de Dios.
 
Veamos algunas cosas que se convirtieron en nuestra recompensa en ves del favor de Dios:
 
1.      La vanagloria
¡Tengan cuidado! No hagan sus buenas acciones en público para que los demás los admiren, porque perderán la recompensa de su Padre, que está en el cielo. Cuando le des a alguien que pasa necesidad, no hagas lo que hacen los hipócritas que tocan la trompeta en las sinagogas y en las calles para llamar la atención a sus actos de caridad. Les digo la verdad, no recibirán otra recompensa más que esa. Pero tú, cuando le des a alguien que pasa necesidad, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha. Entrega tu ayuda en privado, y tu Padre, quien todo lo ve, te recompensará” (Mateo 6: 1-4 NTV)
 
2.      El mal se paga con mal
Trabajen de buena gana en todo lo que hagan, como si fuera para el Señor y no para la gente. Recuerden que el Señor los recompensará con una herencia y que el Amo a quien sirven es Cristo; pero si hacen lo que está mal, recibirán el pago por el mal que hayan hecho, porque Dios no tiene favoritos” (Colosenses 3: 23-25 NTV)
 
3.      Las riquezas ilícitas traen desgracia
Que no se engañen más confiando en riquezas huecas, porque su única recompensa será el vacío. Serán cortados en la flor de la vida; sus ramas no reverdecerán jamás. Serán como una vid cuyas uvas se recogen demasiado temprano, como un olivo que pierde sus flores antes de que se forme el fruto. Pues los que viven sin Dios son estériles.
Sus casas, enriquecidas mediante el soborno, se quemarán. Conciben desgracia y dan a luz maldad; su vientre produce engaño” (Job 15: 31-35 NTV)
 
4.      Dime con quién andas y te diré cual será tu bendición
El que recibe a un profeta por cuanto es profeta, recompensa de profeta recibirá; y el que recibe a un justo por cuanto es justo, recompensa de justo recibirá. Y cualquiera que dé a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente, por cuanto es discípulo, de cierto os digo que no perderá su recompensa” (Mateo 10: 41-42)
 
5.      Mi recompensa está en manos de Dios.
¡Salgan por las puertas! ¡Preparen la carretera para el regreso de mi pueblo! Emparejen el camino, saquen las rocas y levanten una bandera para que la vean todas las naciones. El Señor ha enviado el siguiente mensaje a cada país: Díganle al pueblo de Israel: Miren, ya viene su Salvador. Vean, él trae consigo su recompensa. Serán llamados El pueblo santo y El pueblo redimido por el Señor, Y Jerusalén será conocida como El lugar deseable y La ciudad ya no abandonada” (Isaías 62: 10-12 NTV)


Anthony Hernandez
credoproducciones@gmail.com
www.anthonyhernandez.org



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