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jueves, 11 de junio de 2015

Salvando vidas - Anthony Hernandez



Salvando vidas


Una vez iba un Doctor hacia una aldea donde se había criado desde niño, pero por los estudios se había ido a la ciudad, a los años regresaba para ayudar a su comunidad, donde la única manera de llegar era a través del río en canoa, el Doctor cuando vio que los que lo llevaban  en la canoa eran campesinos, comenzó a presumir de lo que era, sabia y de lo que iba a hacer en el pueblo al salvarle la vida a mucha gente en su comunidad.
En esos días el río había crecido y las corrientes eran fuertes, cuando de repente la canoa en la que iban se dio vuelta, y lo sorprendente era que el Doctor no podía nadar, pero el que llevaba la canoa era un experto en estas situaciones, y cuando el doctor se estaba ahogando, el campesino lo tomo de la mano y lo llevo hasta la orilla luchando contra la corriente, y cuando llegaron a la orilla el campesino le dijo al Doctor:
“Tal vez yo no sea Doctor, pero también se salvar vidas”

Que tremendo es darnos cuenta como cristianos de la responsabilidad que tenemos de predicar el evangelio, hay mucha gente que las corrientes de este mundo los están arrastrando hacia el fondo del pecado, del orgullo y de la perdición, hoy nos es fácil ver gente que lo único que hace es presumir de ellos mismos, se jactan de los cartones que hay en sus paredes, mientras en su corazón no hay ni un versículo de Dios, es bueno esto sin dejar aquello, pero la vida no se basa en logros materiales solamente, hay algo mas que eso, y es la salvación de Dios, el favor y la misericordia de Dios.
Lo tremendo es que no solo afuera vemos esto, sino aun dentro de nuestras Iglesias, hay gente que no sabe nadar en el río de Dios, cuando sus aguas son aguas de vida, ¿te has preguntado porque te cuesta Orar como antes lo hacías? ¿Porque te cuesta congregarte como antes lo hacías? ¿Porque ya no cantas y lloras como antes lo hacías? no será que no aprendiste a nadar en Dios y ahora te estas ahogando en tu vida misma, hay personas que se siguen bañando a la orilla del rio con pailas de plásticos cuando Dios te dice; “Lánzate al rio”, “Nada con migo un momento”, “Metete al agua y te lavare de tus maldades”, pero preferimos expresar una falsa espiritualidad, queriendo demostrar una vida que esta lejos de nuestra interior realidad.
A Dios no lo podemos sorprender con nuestro talento, con nuestra música, con nuestras habilidades, con nuestros temas, solamente es tocado por un corazón contrito y humillado, un corazón que depende solo de el, que vive para el, que sueña para el, un corazón que no esta dispuesto a quedarse solo con la salvación, sabe y entiende que hay algo mas, y es la relación con el padre.
Quizás no seamos los mejores en nuestro entorno, siempre habrá alguien que haga mejor las cosas que nosotros, siempre habrá alguien delante de nuestra fila, siempre habrá un mejor predicador, un mejor cantor, un mejor letrista, un mejor escritor, pero Dios te dice: “También puedes salvar vidas”, “También puedes hacer algo por alguien más”. “Id por el mundo y predicad el evangelio a toda criatura”  (Marcos 16: 15.)

Fraternalmente tú amigo y hermano


Anthony Hernández

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