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sábado, 11 de junio de 2022

¡Otra Oportunidad! - Anthony Hernandez


 Luego Jesús les contó la siguiente historia:
Un hombre plantó una higuera en su jardín, y regresó varias veces para ver si había dado algún fruto, pero siempre quedaba decepcionado. Finalmente le dijo al jardinero: “Llevo tres años esperando, ¡y no ha producido ni un solo higo! Córtala, solo ocupa espacio en mi jardín”.
El jardinero respondió: “Señor, dale otra oportunidad. Déjala un año más, y le daré un cuidado especial y mucho fertilizante. Si el año próximo da higos, bien. Si no, entonces puedes cortarla”. (Lucas 13: 6-9 NTV)
 
Una de las cosas que debemos de tener por agradecimiento es que tenemos a Jesús por intercesor nuestro, a pesar que pasamos momentos difícil, de abandono, de soledad, de decepción, momentos en donde todo sale mal y no le hayamos respuesta o solución a nada, en esos momentos muchos vuelven atrás o a veces se acomodan en su situación y pierden la pasión, la fe, la esperanza y dejan de dar fruto, a pesar de sus grandes potenciales y de su naturaleza como lideres espirituales, simplemente nos damos por vencidos y el fruto se aleja de nuestra vida.
Quizás por eso nuestra bendición a veces es retenida, nuestra provisión encuentra obstáculo, nuestro propósito es perturbado por nuestro desenfoque.
 
Ahí es cuando entra Jesús delante del padre y le dice:
 
1.      “Señor, dale otra oportunidad”.
Jesús hace esa intercesión por nosotros, no por nuestro talento, no por nuestras habilidades o por nuestro fantástico liderazgo, no es por nuestro llamado, sino por su amor y compasión y porque él tiene un plan para nosotros, la solución y el abono correcto para hacernos fértiles.
Todos en la vida buscamos la oportunidad de ser amados, aceptados, una oportunidad de demostrar nuestras capacidades, de que alguien crea en nosotros, esa anhelada oportunidad Jesús nos la ofrece en su amor, en su misericordia, él cree tanto en nosotros que hasta interviene con el padre para que nos tenga paciencia, porque el sabe que tu tienes la capacidad de dar fruto, de ser eficaces, de ser productivos.
 
2.      “Déjala un año más”.
Una cosecha más, una temporada más, ¡oooh! Mis hermanos, yo declaro que en un año tu veras mucho fruto, todo aquello que te volvía estéril desaparecerá, tus planes resurgirán y los veras florecer, tus sueños se activan de nuevo, tus oraciones que parecían perdidas volverán a ti como un boomerang y traerán la respuesta divina, en un año tu verás realizados esos proyectos que parecían fallidos, es el tiempo profético para tu vida, en un año veras tu familia restaurarse, tu vida restituirse, tu ministerio extender sus estacas y engrandecer tus tiendas, en un año verás el fruto de la Gloria de Dios en tu vida, es todo lo que Jesús necesita, una año mas para procesarte.
 
3.      “Le daré un cuidado especial”.
Que bendición es saber que Jesús te dará cuidado especial, no cualquier cuidado, sino uno especial, te cuidara, te protegerá, cortara tus ramas secas, te regara con sus aguas a diario, va a quitar todo aquello que estorbe tu productividad, entre ellos están:
-          Las amistades incorrectas
-          Actitudes equivocadas
-          Excusas
-          Negativismo
-          Apatía espiritual
-          Rebeldía
-          Egocentrismo
De todo esto te quiere cuidar el Señor porque eso es lo que impide que seas fructífero.
 
4.      “MUCHO Fertilizante”.
Un fertilizante o abono es cualquier tipo de sustancia orgánica o inorgánica que contiene nutrientes en formas asimilables por las plantas, para mantener o incrementar el contenido de estos elementos en el suelo, mejorar la calidad del sustrato a nivel nutricional, estimular el crecimiento vegetativo de las plantas, etc.
Ejemplos naturales o ecológicos de abono se encuentran tanto en el clásico estiércol, mezclado con los desechos de la agricultura como los excrementos de las aves y gallinas del corral.
 
Debemos entender dos cosas, el fertilizante no es para hacer que la planta sea fructífera, por naturaleza la planta tiene la capacidad de dar fruto, el fertilizante es para hacer que la tierra donde fue plantada la planta sea fértil, que todo lo que ahí se siembre sea fructífero.
Van haber situaciones con olor a estiércol que debemos enfrentar, pero eso nos traerá los nutrientes para crecer y ser fuertes, entre mas abono te echen mas posibilidades de ser fructífero tendrás.
Dios pondrá la gente correcta a tu alrededor, las situaciones ideales, las oportunidades fabulosas para que crezcas y des fruto, muchos recursos, mucho abono, para que des fruto abundante, fruto que satisfaga el paladar del dueño de la higuera.
 
Conclusión.
¡Animo amigos! Dios no te dejara secar, no dejara que tus sueños mueran ni que tus planes fallezcan, él cuidara de ti, pero si aun haciendo todo esto nosotros decidimos enterrar nuestra habilidad de dar fruto, entonces seremos cortados, pero el plan de Dios no es ese.
El dueño de la higuera está hambriento del fruto de tus ramas, se fructífero para que él se deleite en tu sombra disfrutando de tu fruto y nunca serás cortado.
 
Bendiciones
 
Anthony Hernandez
credoproducciones@gmail.com
www.anthonyhernandez.org